LA LUNA NO ME ENCUENTRA

MARIPOSA

Nunca atrapes

una mariposa.

Tus manos

le robarán sus colores.

Ella se quedará desteñida

triste y así

no podrá volar.

Y cuando tú

te laves las manos

sentirás su tristeza

y tampoco podrás volar.

MARÍA

María

adivino tus grandes ojos negros

jugando entre maizales asustados

o sembrando ilusiones en los surcos.

María

la de trenzas y penas largas

la del monte

 y el río.

Quisiera aproximarme

a tu voz que nunca oí

introducirme hasta el fondo

por el túnel de tus pupilas

y llegar a tu centro

para encontrar el horizonte

fino, indeleble

que te ata a la vida

así

dormida

sin luz, sin eco

sin ser.

María

por favor despierta.

Tienes derecho al sol, al pan

a jugar con casitas de colores

muñecos, globos, arlequines

en fin, lo que tú sueñes.

María despierta

afirma la voz en tu garganta

toma de la mano a tus hermanos

y reparte la luz en cada siembra

la luna en cada surco.

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