El rinoceronte es un animal imaginario
como el mamut, el tigre de Tasmania y el dodo.
Al ver uno Marco Polo pensó que miraba
un unicornio: era después de todo
un animal cuadrúpedo de un solo cuerno.
Alberto Durero hizo un grabado de un rinoceronte
que nunca vio, y en lugar de piel gris y gruesa
le puso armadura de caballería pesada
o de ariete. Un buque blindado solitario en la llanura:
el rinoceronte imaginario de Durero
que además tiene rostro triste
como si supiera que los rinocerontes blancos
también se convertirían en animales imaginarios
una vez que se extinguiera
el último macho de la especie.
De manera que ya pueden quedarse ustedes
con sus hipogrifos, sus dragones y sus chupacabras
yo me quedo junto al rinoceronte de ojos melancólicos
y apenas entornados, como los de sus guardianes
que tienen ojeras más largas
que las del primer amor
y que protegen de los cazadores furtivos
a las últimas rinocerontes blancas
que iluminan la noche por abajo
como lo hace la luna por arriba.