El Monstruo de mi Madre: comentario Adán Méndez Córdoba.

Existen 3 tipos de pensamiento a los que acudimos para explicar nuestro alrededor: científico, religioso y mágico, de éste último surge la literatura, y «El Monstruo de mi madre» es una acertada comunión entre la magia y la ciencia.» Todos hemos hecho algo de lo que nos arrepentimos amargamente. O al menos eso quiero creer. En algún momento, la circunstancia, las dudas, el miedo, la estupidez o la simple inexperiencia nos llevan a tomar una mala decisión». Ese pequeño fragmento sirve para eliminar un enorme peso de la espalda, un alivio a las culpas, muchas veces autoimpuestas, saber que en el fondo somos monstruos, somos humanos, con virtudes, defectos, secretos, vergüenzas, odios y rencores, humanos con sentimientos en común. Alberto Sánchez Argüello ha exorcizado el recuerdo de su madre con una de las cartas de amor más hermosa que haya leído, y en el proceso ha tocado ese nervio sensible que ningún hombre admite abiertamente, pero que está ahí, el odio y la vergüenza hacia un miembro de la familia, un dolor o un suceso. Y en esta suerte de exorcismo ayuda a liberar los demonios de sus lectores, pero no para eliminarlos, sino para entenderlos y empatizar, para aceptarlos como similares, como prójimos, como parte de uno mismo; ahí es donde el pensamiento mágico surte su real efecto, ayudado del pensamiento científico, (esa analogía del padre vigilante y los monstruos que habitan las sombras, es una excelente muestra de creatividad) donde la comunión se da, donde se recrea la imágen completa, con luces y sombras, desde el interior y el exterior, una explicación satisfactoria y amorosa, un recuerdo bello. Es ese lugar donde el círculo parece cerrarse, cuando el objeto de odio se convierte en objeto de amor, donde el temor y la admiración no se repelen, se complementan; es ver lo más completa posible a las complicadas figuras que nos acompañan, con su respectiva carga de contradicciones, porque finalmente eso somos, contradicciones vivas. Y sin embargo el circulo deja una sutil abertura, una puerta que se abre a infinitas probabilidades, un universo en sí, la probabilidad de vernos y, ver a los otros, mas completos. Si algún día alguien escribiese sobre mi, deseo que sea la mitad de hermoso que esta novela. Mi total admiración.

Adán Méndez Córdoba.

San Pedro Cholula, Puebla, México.13 de enero 2021.

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