En anamá Ediciones nos interesa pensar en la idea de unidad que implica colocar bajo una misma cubierta un texto. Es por eso que nos complace traerles esta serie: Mundo Editorial; para conversar con ustedes sobre los procesos de producción del libro y el rol que juegan, dentro de esta cadena, los diferentes profesionales que trabajan para que los libros lleguen a las manos de las y los lectores.
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¿Se han preguntado de qué se habla cuando se habla de libros?
La UNESCO definió libro como una «publicación impresa no periódica que consta como mínimo de 49 páginas» (1964). Elaborada para cumplir propósitos específicos respecto a la edición, esta definición excluye todos los formatos no tradicionales de libros con los que un editor o editora puede dialogar.
No es sencillo encontrar una definición exacta para lo que consideramos libro. Pero podemos trabajar alrededor de un concepto en el que libro es un objeto que contiene un conjunto organizado de ideas que hablan sobre cualquier tema y que estas pueden ser transmitidas de manera impresa, manuscrita, con ilustraciones, sobre papel u otro material, unidas -encuadernadas: pegadas o cosidas- por uno de sus lados -o no, como en el caso de un acordeón o concertina- y forradas por las portadas.
Concebir el libro como una pieza de arte que es capaz de albergar cualquier discurso y cuyo ciclo de producción crea un circuito que involucra a diversos actores -autor, editor, corrector, diseñador, impresor, librero-, permite explorar todas sus posibles formas y también, entenderlo como un objeto que no está separado de la realidad en la que es creado y que, además, influye directamente en el desarrollo sociocultural de dicho lugar y no sólo como un contenedor pasivo de textos que pueden ser escritos en cualquier momento y dentro de cualquier espacio.