Este libro es un homenaje a la figura de Manolo Cuadra y a su invaluable obra, así como a la Editorial Nuevos Horizontes (ENH) y a su directora y editora, María Teresa Sánchez. La ENH fue fundada en Managua en 1942 y jugó un papel crucial en la difusión de la literatura y el arte de Nicaragua, brindando un espacio a voces fundamentales de nuestra tradición cultural. Algunos llamaron a esta casa editorial –ubicada sobre la Calle Candelaria– «el primer Ministerio de Cultura de Nicaragua»
En 1969, luego de la pérdida de su imprenta, María Teresa Sánchez escribió un testimonio que resume los logros y las adversidades que vivió la ENH: Este balance, que es síntesis y suma de una época de la vida cultural nicaragüense, es grato realizarlo (…) Muy pronto nos convertimos en editores (¡Milagro del libro!), y fuimos los primeros en adquirir los derechos del autor y pagarlos con nuestros modestos medios, hasta llegar a imprimir más de 50 buenas obras (…) Cumplimos con la quijotería del patrocinio hasta que un buen día, terrible para nosotros, el Banco Nacional dispuso otra cosa, y el mecanismo burocrático cumplió con su imperativo categórico.
Cuando al encargado de recibir los enseres de la imprenta le dije que esa imprenta cumplía una misión cultural, me miró de soslayo, y sonrió. Seguramente de mi ingenuidad (…)
No tiene importancia haber entregado dicho Arte-facto. Ya no editamos libros; pero la Revista continúa publicándose, por la Gracia de Dios y por el apoyo de algunas empresas comerciales. Y si Dios nos continúa protegiendo, algún día, quizá cercano, podremos nuevamente lanzarnos (…) a las ediciones, con una nueva y siempre modesta imprenta
Este testimonio refleja la relevancia de la conservación y la transmisión del trabajo cultural de la ENH.
Por otro lado, en esta edición hemos concebido la materialidad del texto como una ventana no solo a la literatura de Cuadra, sino también a la geografía y al espíritu humano del norte de Nicaragua. Como parte de esta visión, recuperamos para el subtítulo la frase utilizada por María Teresa Sánchez en la campaña de venta original del libro –Cuentos de las Segovias–, resaltando la manera en que ella misma presentó la obra al público y respetando su criterio original de difusión.
En sintonía, la portada es una representación del paisaje segoviano: una cordillera de pinos geométricos en azul oscuro, sobre un fondo naranja que remite a la calidez de la tierra y a la potencia expresiva del texto. El uso de formas geométricas, en lugar de ilustraciones naturalistas, propone una mirada simbólica del paisaje, más cercana a la manera en que Cuadra construyó su territorio narrativo; no como una reproducción fiel, sino como una síntesis poética. La tipografía, predominantemente blanca y con la única excepción del título, que adopta el azul oscuro de los pinos, establece un equilibrio entre forma y contenido, entre texto y territorio.
Creemos que el foco de este texto debe volver al autor, a su obra y al medio en que fue creada. Por ello, hemos diseñado este libro con elementos que profundizan en su significado y valor histórico. Incluimos, entre otros, una caricatura de Manolo Cuadra realizada por su amigo Toño López en 1947, la publicación de un fragmento de esta obra bajo el título tentativo Contra Sandino en los infiernos que apareció en la revista Ópera Bufa y el anuncio de venta de la primera edición de 1942. Conservamos íntegro el prólogo original firmado por la ENH y el poema Solo en la compañía, solicitado expresamente por la editorial al autor como introducción lírica a aquella primera edición.
La atención a la estética del continente ha sido primordial. Más que servir como un simple soporte, hemos procurado que cada elemento visual de este libro sea un reflejo de esa profundidad literaria e importancia histórica de la que hablamos. Desde la elección de los colores y tipografías hasta la disposición de los elementos gráficos –como la ilustración en el retiro de la portada, que sugiere un mapa topográfico–, todo ha sido cuidadosamente pensado para que el continente dialogue con el contenido, convirtiendo al libro en un objeto que transmite, evoca e inspira.
La curaduría del material histórico ha sido igualmente esencial para contextualizar esta edición. La selección minuciosa de periódicos y revistas, junto con la recuperación de elementos clave –como el primer logo de la ENH–, ha permitido destacar la riqueza patrimonial de nuestro país. Con esto reafirmamos nuestro compromiso con la preservación de la historia literaria y cultural de Nicaragua, con el rescate de la memoria nacional y con la transmisión de un legado editorial que, con casi dos siglos de trayectoria y pese a su escaso reconocimiento, trasciende generaciones.
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